Miaka se ha quedado sola en esa tierra extraña llamada Konan, pero ha tenido la suerte de volver a encontrar a Tamahome, el chico que las salvó antes a ella y a Yui. Tras asegurarse de que no ha raptado a Yui, Miaka decide hacer algo para encontrar a su amiga, así que cuando ve pasar al séquito del emperador del reino, se acerca para pedir su ayuda. Lo que no sabe es que nadie está autorizado a tocar al emperador, y los guardias intentan detenerla.